Redistribución más justa de la riqueza
No es nada sorprendente oír de la boca Juan Carlos Rodríguez Ibarra elogiar el mérito de los empresarios si estos tienen éxito en sus negocios, al fin y al cabo no vulneran los viejos mitos socialdemócratas. Más sorprendente es que la Sra. Tania Sánchez, diputada de IU en la Asamblea de Madrid, este conforme con el fondo del asunto:
Sr. Ibarra: «Yo creo que no hay nadie en España, DESDE LUEGO EN ESTA MESA que diga que Amancio Ortega en un canalla porque ha ganado 40.000 millones de euros, yo creo que AL REVÉS, ESTAMOS TODOS CONTENTOS; LA DUDA QUE TENEMOS (continua Ibarra) ES SI PAGA A HACIENDA LO QUE TIENE QUE PAGAR» para acabar admitiendo que no es una duda, sino el problema es que, efectivamente, no pagan.
Sr. Marhuenda ¿Pero eso pasaba antes, o pasa ahora?
Sr. Ibarra: Pasaba antes… pero entonces por qué no hacemos una política para que paguen…esta es la clave
Ciertamente, desgraciadamente, el Sr. Paco Marhuenda es más consecuente. Es un absurdo inconcebible que lo que se admite como «bien ganado por el empresario» tenga luego que repartirlo. ¿Qué broma sería esta? En un clima de competencia exacerbada nadie se esforzaría en ganar más para luego tener que pagar más; es decir para luego devolverlo en impuestos¡
Para ser consecuentes habría que premiarlos! El Sr. F. Marhuenda, cuanto menos, tiene toda la razón del mundo cuando se mofa de la «izquierda» peyorativamente por este discurso. Tiene todo la razón en recordarnos el célebre refrán español: «Pedir peras al Olmo
La Sra. Tania Sánchez, diputada de IU que ha debido de morderse la lengua durante un buen rato hasta que, con la sangre caliente, aproximadamente replica: «Que su objetivo último es un modelo ideológico que haya la mayor igualdad posible… y no una voluntad (modelo ideológico neo-liberal) que defiende una supuesta libertad que se traduce en una bolsa de ricos muy ricos… y una población muy pobre. Ella no quiere un país en que alabemos a empresas que hacen grandes fortunas a costa de explotar trabajo infantil en Brasil, en Bangladesh; empresarios que evaden capitales a países fiscales… (En fin, ver aquí todo el programa socialdemócrata de Lasalle )
Es imposible no ver en IU la nueva socialdemocracia. El problema no es el capitalismo, sino el modelo ideológico neo-liberal; el problema no es la ganancia justa y razonable y el trabajo asalariado que la fundamenta sino la explotación del trabajo de niños en los países pobres; el problema no la fuente del beneficio sino la evasión de impuestos…
Pero para alcanzar tan idílica meta hay que esperar; de momento es una cuestión de voluntad.. Así esa ¡máxima igualdad posible! se aplaza a un futuro incierto como modelo ideológico, como un acto de buena voluntad –humanista–, cuyo objetivo último es el soñado país de las «gominolas»
¡Parece mentira pero es verdad! Se reconoce la realidad, es decir, se reconoce que el desarrollo del capitalismo (¡cuanto menos desde la Segunda Guerra Mundial!) ha incrementado la diferencia entre el rico y el pobre. Pero este desarrollo del capitalismo no se presenta como inherente al sistema (ni como un fracaso del mito reformista sobre la redistribución más justa de la riqueza que se sigue defendiendo) sino como resultado de un ¡modelo ideológico!
De esta manera se impide la comprensión y el análisis de las fuerzas motrices que se derivan y explican de la acumulación de capital, al tiempo que no se acepta el «mentís histórico» de la «economía concertada» del Estado paternalista; de la sociedad del bienestar, etc. Sin embargo esto no es casual sino incluso obligado: Pues es necesario rehuir toda responsabilidad por el fracaso de prácticas colaboracionistas para continuar practicándolas y ofreciéndolas como solución.